Ved en qué estado me ha llegado una lata de 5 litros de un producto impermeabilizante que compré por Internet.
He llamado al proveedor para quejarme, naturalmente, ya que considero que no es una forma correcta de servir un producto, y la primera respuesta ha sido que “no pasa nada, que es normal servirlas así porque así les llegan a ellos desde el fabricante ―¡que es inglés!―”. Y yo, que no soporto la desidia que implican estas actitudes tan poco rigurosas, me he enfadado y le he dicho a la señora que me ha atendido que quien sea que ha metido esta lata en una caja de cartón ―que nos ha llegado a casa en un estado impecable― y se ha quedado tan tranquilo, no merece trabajar en una empresa que aspire a dar a sus clientes unos estándares mínimos de calidad.
Después de eso, se ha comprometido a hacernos el cambio por otra lata en perfectas condiciones esta tarde mismo ―¡desde Murcia!―, y me ha pedido disculpas. Yo las he aceptado, pero aún así me ha quedado la sensación de que soy raro.